miércoles, 4 de diciembre de 2019

Regocijo marino [Gym de escritores]





Aquella sensación paralizando cada parte de mi cuerpo, un estremecimiento cobrando vida en lo mas profundo de mi ser, consumiendo mi interior y pensando una sola palabra.

No sentía el piso, ni con la punta de los pies.

Tragué fuertemente sintiendo la desesperación causando un nudo en mi garganta, impedimento que me dificultaba el respirar con normalidad, el miedo entumeciendo mis extremidades. Me había alejado, con una valentía imaginaria, de la cual carecía realmente, sin nada a lo cual aferrarme, con una confianza disfrazada de vergüenza.

Los cristales descendiendo de mis ojos, perdiéndose en el basto mar en el cual no se apreciaban limites y observando los borrones de colores a la distancia. Intenté respirar con una calma que no sentía, sin tener conciencia plena de mis brazos y piernas, intentando acércame a la orilla, donde mis pies alcanzaran la arena, con la misma idea en la cabeza, gritando para poder escucharla en el ruido de pensamientos negativos que inundaban mi mente.

Iba a llegar a la orilla, otras veces había sucedió, aunque no cuando me encontraba tan vulnerable como ahora, en completa soledad.

Centré toda mi atención a la orilla, que parecía encontrarse a kilómetros, con la débil esperanza de verla cada vez mas cerca, solo un poco, eso seria suficiente a lo cual aferrarme. Los brazos doliéndome, viendo aún más la abrumadora distancia. Tragué profundamente aire intentando pasar el nudo doloroso de mi garganta, acción errada al sentir el agua introducirse en mi boca, sintiendo mi cuerpo pesado y perderme entre las profundidades del mar. La desesperación nublando todo mi raciocinio, comencé a patalear presa del miedo absoluto, sintiendo lágrimas salir, mis ojos arder, en ese punto un solo pensamiento nubló mi cabeza.

Iba a morir.

Abriendose paso ante la desesperación, los pensamientos cobraron vida en mi cabeza, recordándome en dejarme flotar, el agua salina no te hunde. Con ese único pensamiento y apartando cualquier otro, salí a la superficie, sintiendo el estremecimiento persistente en mi piel y el nudo en la boca del estomago que me impedía respirar correctamente. En ese punto, ante mis planes fallidos, opté por hacer lo único que quedaba.

Grité con la esperanza de ser oída.

Presa del completo pánico, con mi única voluntad manteniendome a flote, el temor haciendo temblar mis labios entre cada grito, aferrandome a la vida. Aunque enfrentar mi temor de esa forma, había sido la mayor idiotez jamás hecha, sin más que voluntad.

Mis gritos perdiéndose entre el sonido de las fuertes olas, la desesperación consumiendo mi cuerpo a cada minuto, mi cuerpo entumecido y cansado de tanto oponerse a lo inevitable. Y la ansiedad entrando cual pesa, hundiendome nuevamente, permitiendo la entrada del agua a mis pulmones, intentando salir con ayuda de mis manos en total turbación abrumadora. Sin entender como, floté nuevamente, tomando una gran bocada de aire. El miedo haciendome temblar y profiriendo gritos mas desesperados, suplicando por ser escuchada.

Y los pensamientos negativos abriéndose paso en ese punto, mi voluntad de no querer perecer en ese punto me había mantenido a flote hasta ahora, gritando con la nota de desosiego al final de cada palabra dicha, aunque una sola idea comenzaba a llenar mi cabeza.

¿Y si perecía ahí, que tendría de malo? Realmente, a este punto, yo no era nadie y el ver que mi ausencia y llamado no eran notados, la idea de mi irrelevancia en la sociedad cobró vida con fuerza. Ese era mi destino y estaba siendo cautivada con demasía.

Mis extremidades perdiendo fuerza y el agua ingresando más en mi organismos dio aún mas peso a esos pensamientos, que sembraban su semilla en mi cabeza sin piedad, los quejidos brotando de mis labios, lamentando cada acción de la miserable vida que había tenido y descubriendo al recordad, que mi existencia se resumía a la nada.

Los ojos me picaban mientras descendía en la oscuridad del mar aplastante, sin poder sentir la fuerza en mis brazos y justo en ese momento se hizo la luz, mis pies tocaron la arena. Alguien había escuchado mis suplicios, otra oportunidad de vivir, algo que posiblemente no merecía.

Y cuando mis piernas recuperaron la fuerza necesaria para salir de ese sitio, lo comprendí, mientras el aire entraba a mis pulmones con agonía, una gran parte de mi se había quedado en ese mar devastador, en lo más profundo y oscuro de aquel cuerpo acuífero, que se regocijaba ante su botín e imploraba mi regreso, para deleitarse con mi delirio.



¡Hola mis queridos lectores!

He traido una nueva historia, basandome en el principio de "miedos" de la actividad realizada por Roxana en su blog, puedes dar click aqui para ver la actividad. Espero sus comentarios y opiniones de esto <3





5 comentarios:

  1. ¡Hola! Que duro pasar por una situación semejante y llegar a ese punto donde un accidente puede ser la clave para salir adelante o dejar de luchar por sobrevivir. ¡Jo! Que desesperación realmente >.<
    Lo he disfrutado mucho.
    ¡Gracias por seguir sumándote!
    ¡Besos!

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  2. ¡Hola!
    Uff... que agonía y agobio vivir todo eso. Pff...se me ha quedado mal cuerpo. Me encanta como escribes. ¡nos seguimos leyendo!
    Un beso

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    1. Muchas gracias por el comentario ♡ de verdad es bueno que sentiste tanto con el escrito, ahora te sigo ♧

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  3. Uy que buen relato lleno de tensión y desesperación Me gusto mucho. Me hice tu seguidora y te invito que pases por mi blog http://enamoradadelasletras.blogspot.com/ Te deseo un buen fin de semana

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    1. Muchas gracias por leer y comentar, ahora te sigo ♡ que bueno que te gustara c:

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