Los pasos en la escalera sordos y certeros de aquel rústico edificio
de más de diez pisos. Apretó los labios cansada, evitando que el
suspiro que se encontraba aprisionado en su garganta brotará, como
cada día que subía las escaleras.
Por qué odiaba
que aún luego de seis meses el maldito elevador siguiera averiado
aún cuando los reportes le habían llegado al dueño y es que
realmente no le importaba subir, aunque ese día era diferente. Era
una completa mierda. La habían despedido de su empleo, al rechazar
de forma tangente las insinuaciones de su jefe vulgar y rabo verde.
Ella jamás conseguiría un ascenso de esa forma y rompiendo con
todas las creencias que tenía. A fin de cuentas estaba en una
relación estable y ella era ferviente a la fidelidad a sus propios
sentimientos, respeto por la otra persona además de el amor intenso
que él le evocaba. Por qué él era diferente al resto, un escritor
amateur que la miraba con tal intensidad que le arrancaba el aliento,
esa sonrisa torcida que solo le era de ella.
Lo había
conocido por coincidencia y una sola mirada fue más que suficiente.
Aquellos orbes ámbar la habían atrapado, aquel hombre había
sobrepasado sus parámetros. Un tabique nasal perfecto que jugaba
armoniosamente con sus mejillas pronunciadas y esos labios carnosos.
Todo esto aunado a su carismática personalidad y espontaneidad,
además de ser realmente intenso la llevo a confirmar, sin ninguna
duda, que estaba completamente enamorada.
¿Cómo no iba a
estarlo? Cuando él la miraba de esa forma solo a ella, le dedicaba
esa sonrisa arrebatadoramente cautivadora solo a ella.
Rebuscó entre
sus bolsas con gran parsimonia encontrando la llave e introduciéndola
en la puerta de entrada. Aunque se quedó estática en su lugar al
escuchar un sonido brotar de su departamento. Un vacío formándose y
un fuerte golpe en la boca del estómago que le privó de aire
durante unos segundos. Su boca quedando por completo seca. Una
incontrolables ganas de dar media vuelta y alejarse se apoderaron de
su cuerpo, sin embargo a la par una deprimente rabia y valentía la
impulsaron a girar la llave e ingresar con los latidos retumbando en
sus orejas.
Se quedó de pie
en media sala, en un completo y asfixiante silencio. Justo cuando iba
a dejar salir el aire que había estado conteniendo sin darse cuenta,
y pensando que nuevamente volvía a imaginar cosas equivocadas, el
sonido hizo eco en el departamento con gran intensidad y sintió
realmente que el corazón se le detenía. Las piernas le temblaron y
una sola voz retumbó en su cabeza de forma contundente.
No estas demente.
Y con esa frase
dándole valentía a su cuerpo, sus piernas se movieron ingresando a
su habitación encontrándolo a él, en ausencia de la soledad que
siempre mencionaba que le hacía compañía.
Una mujer encima
suyo, con una sonrisa de completa satisfacción y el tomándole las
caderas para ayudar a su movimiento.
El vomito acudió
a su garganta con fuerza y lo retumbo cuando su mirada se encontró
con la de su pareja, quien le sonrió levemente.
Su mente quedó
en blanco y antes de pensar en absolutamente nada, sintió como caía
en un oscuro vacío con los gritos de su interior haciendo eco.
Fue consciente
nuevamente cuando el agua de un charco le salpicó todo el rostro,
metiéndose en su boca debido al transito descuidado de un conductor.
Abrió los ojos confundida al verse en una calle lejana de su
departamento, las piernas temblando y el rostro en una mueca
imborrable.
No estaba loca,
no estaba alucinando ¿cierto?
Ella lo había
visto con otra mujer en la cama donde dormían, un día después de
haber tenido intimidad con él y le había sonreído.
Otra vez.
Una tras otra
vez.
Y ella no
entendía para nada por que él lo había hecho, mientras las
lágrimas picaban sus ojos anunciando su pronta salida y algunas
personas cuchicheaban al pasar alado suyo, pero a ella no podía
importarle menos.
Ella accedía a
intimidar con él cada le daba ganas, estaba viviendo en su
departamento y había aceptado ese empleo mediocre por mantener la
vida cómoda que tenían. Entonces ¿por qué? Imágenes acudieron a
su cabeza sin descanso, punzando heridas y las cosas que ella había
reprimido.
Esas miradas
jamás habían sido exclusivamente de ella, ni esa sonrisa, ni esa
encantadora forma de ser. Ella lo tan bien al verlo sonreírle así a
las meseras de los lugares donde iban o cualquier mujer que se
encontrara, siempre dándoles cosas que solo debería darle a ella.
Y cuando lo
encontraba revolcándose con otras mujeres en su cama, ella negándose
a lo visto, huyendo intentando borrar la imagen y al regresar
dispuesta a terminar con toda esa mierda, él, con esa maldita labia
al hablar y poder de convencimiento, la convencía de que ella había
imaginado cosas, que estaba delirando por el estrés del trabajo y
que debía creerle, que jamás le haría algo como eso. Eso había
sido al inicio. Luego, agregado a eso y al ver que no podría seguir
negando lo evidente, juró que jamás se volvería a repetir y que
solamente la amaba a ella.
Lo dijo una y
otra vez de nuevo sin descanso, olvidando cuántas veces lo había
dicho.
Y ella le creía.
Negándose a la
posibilidad de que alguien tan perfecto como él pudiese engañarla y
más cuando le dedicaba esas miradas que le robaban el aliento,
alguien que le preparaba el café todas las mañanas y la había
aceptado cuando ella le pidió salir, no podía creerlo. Él la
amaba, lo demostraba cuando sus alucinaciones la traicionan y el la
recibía con un ramo de flores y sus chocolates favoritos.
Ella lo había
perdonado incontables veces. Y esa no seria una excepción.
Ella no podía
vivir sin él, no podía volver a la soledad que la atormentaba.
Emprendió su
caminar hacia su departamento sintiendo el cuerpo moverse por inercia
ya que la fuerza se había escapado de su organismo. Su estomago
revuelto y la visión borrosa por las lágrimas que querían salir
pero se negaba a permitir, mordiendo su labio inferior con fuerza.
Pasó cerca de una tienda de ropa y su reflejo resplandecía en los
ventanales donde exhibían a los modelos y se contempló. Su simple
reflejo le daba repulsión, con aquella mirada derrotada, las
mejillas sonrojadas y lo realmente patética que se veía, con kilos
de más por la cantidad de chocolates recibidos y su ansiedad
intentando ser silenciada con grandes cantidades de comida. Sus
labios temblaron ante la visión dada.
Un estallido en
su interior se originó desde lo más profundo, haciendo metástasis
en todo su cuerpo, generando un pequeño sollozo que intentó
reprimir pero era demasiado tarde. Los ruidos lastimeros comenzaron a
salir de sus labios sin poder detenerlos y las lágrimas brotaron
cual río haciendo eco a su interior.
Lo odiaba tanto,
por hacerle eso, lo odiaba por esas malditas palabras que sabía
elegir para convencerla de quedarse a su lado y seguir manteniéndolo
que ahora sabía que era la razón que lo mantenía a su lado. Lo
odiaba por ser tan endemoniada mente atractivo. Lo detestaba por
jamás presentarla como su pareja y más que nada lo odiaba por
haberse metido en su vida.
Intentó respirar
entre sollozos ya que le costaba inhalar aire. Sus piernas perdieron
fuerzas y terminó cayendo sin ganas de levantarme.
Sin embargo ella
no lo odiaba solo a él, sin lugar a dudas se odiaba a si misma con
mayor intensidad. Por permitirle hacerle eso y destruirla, por
creerle cada una de sus mentiras. Ella estaba tan decepcionada de si
misma, de haber llegado a todo eso y aún así quererlo tanto.
Y aún a pesar de todo eso, cuando recobró la fuerza en sus piernas,
regresó a su lado.
¡Hola, queridos!
Este escrito fue hecho para una actividad en la cual estaré participando, de una muy buena amiga soñandounodetussueños, la cual se llama Gym de escritores en la cual cada semana es diferente y me parece super interesante para poner a prueba mis habilidades y más con los originales que no suelo manejar mucho.
El reto de esta semana fue la sensación de la decepción siendo esta como principal y utilizando tres palabras más:
- Tabique
- Nuevo
- Estallido
Espero realmente haber logrado el reto y esperaré sus opiniones 🐇
¡Aish! Tontas mujeres, me esperaba un final diferente, la verdad, pero aish, hay tantos casos así, de que las mujeres son tan boludas por amor y que un hombre puede ser tan manipulador para jugar con los sentimientos y la voluntad de alguien que lo ama y le perdona todo.
ResponderEliminarTenía la esperanza, una ligera esperanza que al verse en el espejo reaccionara ¡y aish! No sólo la decepción está en los personajes, sino que el lector la siente cuando ve que ella sabiendo todo lo que sabe, decide volver a su lado.
Me gustó muchísimo. Muchas gracias por sumarte a la convocatoria.
¡Un abrazo!
¡Muchas gracias por comentar, aveces permanecemos ciegas a algo que es bastante evidente, la soledad colandose es bastante horrible y mucha gente prefiere estar en algo toxico a su propia compañia.
EliminarMe alegra mucho que te gustara, ha sido un placer ser leida por ti <3
Hola guapa!
ResponderEliminarMe ha encantado, me has tenido en vilo durante todo el rato. Te sigo leyendo!!
Un beso
¡Muchisimas gracias por leerme! Es bueno que te haya provocado cosas el relato, que esa era la intención. Será bueno tenerte por aqui c:
EliminarVaya que triste, creo que de manera general las personas pueden llegar a engañarse con ciertos aspectos de su vida que creen tener y permanecer cegados por siempre.
ResponderEliminarRealmente transmite el sentimiento principal de la convocatoria ¿cómo puede existir gente así?